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martes, 23 de diciembre de 2008

RESPIRADORES BUCALES Y SUS IMPLICACIONES

La respiración bucal constituye un síndrome que puede ser etiológicamente diagnosticado por causas obstructivas, por hábitos y anatomía.

Los que respiran por la boca por obstrucción, son aquellos que presentan desviación del tabique nasal, cornetes agrandados, inflamación crónica y congestión en la mucosa faringea, alergias e hipertrofia amigdalina.

Los que lo hacen por costumbre, mantienen esta forma de respiración aunque se les haya eliminado el obstáculo que los obligaba a hacerlo.

Los que lo hacen por razones anatómicas, son aquellos cuyo labio superior corto no les permite un cierre bilabial completo, sin tener que realizar enormes esfuerzos.

El respirador bucal tiene algunas características básicas que permiten su diagnostico de forma tanto por profesionales como por familiares en la mayoría de los casos,
estas son: Ojeras, dormir con boca abierta, ojos cansados y sin brillo, paladar profundo, arcada dentaria superior estrecha, labio superior corto y normalmente mostrando los dientes, incisivos normalmente para adelante, escaso desarrollo de tórax, amígdalas grandes, adenoides grandes, escoliosis, pie plano, deglución atípica, succión digital, ronquidos, disminución de la capacidad intelectual.



Es importante conocer las causas principales por las cuales se da este tipo de patología, ya que las manifestaciones que se dan clínicamente en boca nos dan la pauta, para elegir y aplicar una tratamiento adecuado para cada uno de nuestros pacientes que diagnostiquemos y así poder llevar a cabo el tratamiento adecuado y un tiempo prudente para que no empeore su situación clínica.

Con estos pasos adecuadamente aplicados para el cirujano dentista, se evitara caer en una negligencia medica que puede traer como resultado una demanda jurídica.

El hombre nace condicionado para respirar por la nariz y alimentarse por la boca.
Al romperse ese mecanismo fisiológico se afecta el crecimiento y desarrollo, no solo facial, sino general.
La respiración bucal se considera normal, solo cuando se realiza bajo esfuerzos físicos muy grandes.

Algunos niños manifiestan conductas inadecuadas que afectan el normal desarrollo bucodental.
Cuando los hábitos negativos persisten crean casos graves de maloclusión que afectan estética, funcional y psíquicamente al niño.



Los efectos inmediatos de la respiración bucal consisten en la introducción de aire frío, seco y cargado de polvo en la boca y la faringe. Se pierden las funciones de calentamiento, humidificación, y filtrado del aire que entra por la nariz, con el consiguiente incremento de la irritación de la mucosa faríngea, siendo pobre la cantidad de oxígeno que pasa por la sangre.
En estos niños se observa ligera anemia, hipoglobulinemia y ligera leucocitosis, pérdida de expansión normal de sus pulmones, déficit de peso y a menudo tórax aplanado.
En el aparato circulatorio se presentan trastornos funcionales, palpitaciones, soplos y variaciones de la tensión arterial, además disminución de la capacidad intelectual, así como alteración de la audición, el olfato y el gusto. Se producen repetidas adenoiditis y faringitis agudas y crónicas. También es de señalar la asociación de estos pacientes con la escoliosis y el pie plano.

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